La mención a la excesiva transformación o a la intervención de procesos químicos o perjudiciales para el medioambiente es uno de los puntos flacos de algunos tejidos que se autoetiquetan como sostenibles y que, sin embargo, tienen una cara B que resulta difícil de investigar. Sin embargo, proveedores como Pyratex se centran en intentar «replicar el proceso de transformación mecánica del algodón», que es lo que para ellos tiene verdadero interés, dado el foco en las fibras naturales que tienen.