Pensamos que los tailandeses, que tanto llevan camisetas del Barça como camisetas del Che Guevara, no van a tardar mucho en vestir con la sonriente efigie del Comandante Rojo que se convertirá en un icono de la lucha de clases y de esta no declarada Guerra Civil incipiente. Sabiendo de antemano que esto es la antítesis a un Gossip Girl, donde las fans podían correr -con bastantes ahorros en el bolsillo- hacia la web de Net-A-Porter para comprarse lo que veían semana tras semana, con Love la única esperanza quedaba relegada a pelearse con montañas de camisetas en la thrift shop más cercana y rastrear a la busca del preciado botín.