Ese es el momento en el que los rivales pasan a ser aficionados: «¿Me das tu camiseta?». En un gesto de admiración, ya sea de uno a otro o mutua, cientos de jugadores alrededor del mundo se intercambian la camiseta. A todos los efectos, el portero es igual que cualquier otra chapa, y sigue la mismas reglas, salvo en las excepciones contempladas en este reglamento, casi todas referidas a las situaciones especiales que se dan cuando está situado dentro de su área de puerta.