En la temporada siguiente, en la Serie A, el comienzo sería desastroso. Los futbolistas pretendieron que aquellos fueran los nuevos colores del equipo madrileño en admiración y reconocimiento a los ingleses -a quien sus hazañas llevaron también a la creación del Sport Club Corinthians Paulista brasileño-, y así fue durante una temporada pese al disgusto del presidente Pedro Parages. Su uniforme estaba compuesto por una camisa abotonada de seda cruda y un pantalón negro.